jueves, 14 de julio de 2011

LA FUERZA INVISIBLE

Los miembros y militantes de un partido político son su flujo sanguíneo. Partiendo de la base que las organizaciones políticas tienden a ser instituciones bastante inmovilistas, se hace necesario inyectar continuamente oxígeno a ese flujo sanguíneo para revitalizarlo. La adecuada formación de estos miembros y la información son dos pilares fundamentales de esa revitalización. Estos miembros son la cara menos visible de un partido, pero la más importante. Entre sus funciones destacan la gestión de las Agrupaciones o delegaciones de los partidos, participan en los debates internos, proporcionan información local muy próxima al electorado, realizan el escrutinio y control de los votos y actúan como una especie de pre-electorado que valida a los candidatos y a sus productos políticos. Son la auténtica fuerza invisible de los partidos políticos. Pero cuáles deberían ser las funciones de los partidos políticos ante sus propios miembros o sus bases. Se me ocurren unas cuantas:
-Intentar crear el sentimiento de que todo el mundo en el partido es útil y puede contribuir a su éxito.
-Analizar también si alguien en el partido puede desarrollar planteamientos de productos políticos adecuados al mercado actual.
-Crear un sistema para que todas las formas de propuestas e ideas se diseminen a lo largo y ancho de la organización.
-Reconocer la importancia y posible influencia de otros diferentes puntos de vista que puedan servir para captar nuevas bolsas de votantes.
En definitiva, dotar a la militancia del papel hegemónico que le corresponde. Y que, en ocasiones, se encuentra usurpado por la organización que ella misma creó.



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