miércoles, 29 de junio de 2011

EL VELLOCINO DE ORO

¿Qué hemos hecho para merecernos esto?  ¿Cómo hemos llegado hasta aquí?
Estas son sólo algunas de las preguntas que nos hacemos muchos todos los días.
Acaso estamos ante una maldición bíblica, y la semilla que plantó el diablo en la tierra (el dinero) germinó un buen día tan radiante y floreciente que nos cegó la vista y nos nubló la mente.Lo primero que cabe preguntarse es dónde estábamos y qué hacíamos mientras la “burbuja dorada” seguía inflándose ante nuestros propios ojos hasta convertirse en el Vellocino de Oro que todos acabamos adorando. Un buen día nos enteramos que el Vellocino de Oro se había derretido convirtiéndose en hojalata, y con él se derritieron nuestros “falsos sueños e ilusiones”.
Fue ese mismo día cuando nos dimos cuenta que habíamos pecado por omisión. Estábamos tan absortos contemplando aquellos halos dorados, que no vimos, que era la mano oculta del hombre la que mecía los hilos de aquella falsa ilusión.
Esas mismas manos, que ahora se ocupan de recomponer y recrear otras falsas ilusiones, aprovechándose de la fragilidad del ser humano, que no ha nacido para vivir sin esperanzas.
Ahora nos dicen que nos apretemos el cinturón, que tenemos que hacer un esfuerzo, a nosotros, que nos han robado hasta las fuerzas.
Los mismos que nos han traído hasta aquí, nos atemorizan ahora con el poder y la fuerza de los mercados. Pero que nadie subestime el poder y la fuerza del ser humano cuando ponen en peligro su subsistencia.¿

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